En los últimos días me ha dado por almorzar solamente arroz, a veces arroz integral, otras, simple arroz blanco. Lo que hago, es que cocino media taza de arroz que me rinde para dos días, almorzando la mitad cuando está recién hecho, y calentando la otra al día siguiente.
Hoy me tocaba recalentar, así que saqué mi ollita de la nevera, le agregué un chorrito de agua, la puse en el fuego y me fui de la cocina a hacer otra cosa. De pronto, por supuesto, comencé a oler a quemado… !Ah caracha! ¡Se me está quemando mi arrocito! La verdad sólo se quemó el fondo, me serví lo que no estaba quemado, y cuando vi la olla dije: esto si que es un buen cucayo -mientras sonreía con un cierto brillo de ternura en mis ojos-.
Cucayo es una palabra estrictamente colombiana para denominar “el pegao del arroz”, y es que por ciertas vueltas que da la vida, yo y mis hermanos, hijos de padres divorciados, vivimos siempre en la casa paterna, y mientras él trabajaba, nosotros pasábamos el día en casa al cuidado de Lastenia: una negrita barranquillera que yo amo como si fuera una madre.
Laste, como cariñosamente le llamamos, es un personaje especial en la historia de mi familia, llegó a mi casa cuando yo tenía cuatro años, y mis padres aún vivían juntos. La situación cambió cuando tenía seis, y fue a partir de entonces que Laste asumió una cantidad de tareas que hicieron de ella otra madre para mí.
Ella vivió con nosotros unos veinte años, y desde mi casa generó los recursos para levantar nueve muchachos que tenía allá en Barranquilla.
Todas las vacaciones pasaba “la raya” para ir al otro lado. Tenía ella que ver a sus criaturas y supervisar también la casa que estaba construyendo para ellos. Cuando era pequeña, yo no entendía eso, y siempre llorando, la veía partir desde mi ventana. Ella miraba para arriba y se despedía con la mano. Recuerdo que me daba un miedo infinito el que no regresara, así que cuando volvía cargadita de dulces de guayaba, sentía igualmente una alegría inmensa.
Cuando tenía la mala suerte de, por una u otra razón, llegar de última del colegio, ella me esperaba para darme almuerzo… me describía lo que había y lo que ya no quedaba -porque se lo habían comido los que llegaron primero- y me decía con cariño: ¡ay mami! tus hermanos acabaron con todo, aquí lo que queda es un cucayito ¿tu lo quieres?
Y es por ello, que a la pega del arroz, la llamo y la llamaré siempre cucayo, como ese que mi negrita me guardaba con tanto amor, y que a mi no me gustaba, ni me gusta, pero me trae los ya lejanos recuerdos de mi infancia.
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18 comentarios:
por ironías de la vida fue tu "ah caracha" el que me trasporto en el pasado cuando mi abuela hacia las veces de tu laste, y a la que quiero como dices tu como si fuera una madre!... curioso no?
Saludos!!
T.
esas frases, esas escenas me remontan a tiempos con mi gente en Venezuela....:(....tiempos pasados alegres y de añoranza.
besicos
Qué cálido este relato.. a mí me encanta el cucayo del arroz (es que tengo varias amigas barranquilleras), pero jamás un cucayo lo había visto tan tierno!!!
Un abrazo!
En república dominicana se le llama concón.
Esta es una de las historias más tiernas y nostálgicas que he escuchado sobre el concón.
te cuidas.
Bonita historia!
A mí tampoco me gusta la pega del arroz, o el cucayo...
No conocía el término, me voy a acostar sabiendo algo nuevo.
hola hermana... que bella descripcion del cucayo... me emociono mucho leer esto porque hoy casualmente llamo Laste desde Colombia para saber de todos nosotros!!! siempre tan carinosa y pendiente de como esta el doctor? y julio? y la Moni?? y las ninitas?? Asi que en estos dias debo comprar una tarjeta y le llamo de vuelta y aprovecho y le comento tu relato..
Kisses & hugs
GQ
Ya había oído ese término...de hecho como a otros a mí me trajiste recuerdos tambien...una gran amiga de mi mamá era colombiana y cuando ibamos a su casa y ella cocinaba, siempre le servía la comida a todo para quedarse con el cucayo!!!!
Tambien hacía CARIMAÑOLAS...las conoces...uyyyy que delicia se ma hace agua la boca....son como unas croquetas de yuca rellenas de carne molida o queso...que ricoooooooo!!!!
a veces le dicen pegao..
http://remarcado.blogspot.com
http://www.remarcado.com
Hola Moniqueen,
qu� bonita historia. Yo soy de Colombia tambi�n, pero de Bogot� all� se le dice "pega" de arroz. En general a todos les gusta porque es como tostadito.
Qu� bonito lo de Lastenia. Me la imagino grande, gorda y con ese movimiento de caderas caracter�stico de la raza negra. Tambi�n con esa sonrisa que no s�lo se ve en la boca pero en toda la cara. Sip, me la imagino igual a toda esta gente tan especial de �frica, adem�s con el toque de sabor caribe�o. Mejor dicho muy especial.
Muchos saludes desde �frica del Norte,
Juana
Tcalo: es que a mi me encantan esas palabras como de abuela que pasaron de moda, como varilla, lavatiba, coroto, chiquero! Me alegra que a través de mi recuerdo te haya llevado a ti a uno propio y bonito!
Alexis: es que eran tiempos sabrosos ¿cómo no añorarlos?
Jenny: Hay mucha gente que lo prefiere, la verdad es que tiene un arte, no es en realidad un arroz quemado en el fondo como el que me resultó a mi ayer. A mi no me gusta, yo prefiero granos de arroz blanquitos y sueltecitos como de propaganda! Sin embargo por las razones que expusé le tengo cariño.
Platanero: Gracias por ampliar mi vocabulario latinoamericano!!!!
Mariale: Ya ves! Y ahora gracias a Baakanit sabemos que le dicen también concón en la República Dominicana!
Sister: ahh yo ni sabía que andaba por allá y estaba a punto de llamarla a Venezuela... ni siquiera tengo el teléfono de Colombia, cuando puedas me lo pasas por email y la llamo también.
Gabriela: no las conozco, pero suenan deliciosas! Conozco unas que Laste llamaba "cabeza e gato" que eran bolas de platáno, rellenas con carne molida y fritas! YUMMY!
Remarcado: el pegao es como le decimos en Venezuela, pero ya ves que cucayo también se extendió y aunque no todo el mundo le llama así habemos unos cuantos.
Juana: Mi Laste es flaquita y pequeñita, con un mini afro más suave que el algodón. Hoy día lo tiene blanquito por delante. En la cara si acertaste, la dulzura que proyecta es inigualable. Una de las cosas que más me impacta ahora es que cuando pequeña veía a Laste inmensa, ahora cuando hablo con ella tengo que mirar hacia abajo! Capaz mi negrita tiene algún ancestro de un pueblo pigmeo! Te cuento que llegó una cachaca aquí a Douala hace un mes, muy agradable por cierto!
Con tu relato consigues que se le tenga cariño a tu Laste...
A mi me encanta el arroz un poquito quemado, del fondo de la paella, aunque no tenga que ver, pero arroz es arroz ¿O no?...jajajaja Y un par de huevos fritos, el arroz recalentado de un dia para otro...Y unas rebanadas de plátano frito...Aunque eso era en Venezuela, aquí no consigo plátano de freir...
Yo estuve añales sin comer arroz, pero ahora lo preparo muy a menudo, integral, y se lo pongo a todo...jajajaja Cosas de la ancianidad...
Salud, Genín
A mi me ha gustado el relato, pero no pude evitar ponerme triste al pensar que ella por necesidad vivía lejos de sus propios hijos para cuidar los hijos de los demás... Besos.
Que lindo! Hay veces que los recuerdos de la infancia hacen de lo que normalmente se descartaria, un manjar de sueños!
Hola
Me encantan estas historias, son mis preferidas. Recuerdos de infancia que dicen tanto, lo dicen todo.
A veces solo una palabra, una imagen, un olor...desencadenan una serie de recuerdos que merecen ser contados y que además disfrutas con explicar.
A mi me gusta desayunar algo dulce, sobre todo, chocolate. El arroz para la comida o el almuerzo.
Genin: Uff una paellita! Delicioso! Nda com ouna buena paella con una sangria... eso me recuerda cuando algunos domingos iba a comer eso en La Candelaria!
Waiting: La verdad es que es terrible, pero lo cierto es que pese al trasfondo de la historia, Laste siempre tenia mucho amor para darnos. Ella, pese a la distancia los levanto a toditos!
Marian: :-)
Waipu: Los recuerdos son el regalo de la vida.
Fernando: Yo tampoco tomo arroz en la magnana... rara vez en la noche, generalmente es solo para el mediodia!
Esos son los recuerdos de nuestra infancia, la gente que siempre estuvo con nosotros nos apoyo y dió amor.
Saludos!!
Ahh que linda historia. Yo no tengo un recuerdo parecido, porque a mi de chamita quien me cuidaba era una viejita que yo odiaba, por que era mala como ella sola!! jajaja Bueno, que en paz descance porque ella paso a mejor vida hace años!
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