miércoles, 29 de agosto de 2007

El cucayo

En los últimos días me ha dado por almorzar solamente arroz, a veces arroz integral, otras, simple arroz blanco. Lo que hago, es que cocino media taza de arroz que me rinde para dos días, almorzando la mitad cuando está recién hecho, y calentando la otra al día siguiente.

Hoy me tocaba recalentar, así que saqué mi ollita de la nevera, le agregué un chorrito de agua, la puse en el fuego y me fui de la cocina a hacer otra cosa. De pronto, por supuesto, comencé a oler a quemado… !Ah caracha! ¡Se me está quemando mi arrocito! La verdad sólo se quemó el fondo, me serví lo que no estaba quemado, y cuando vi la olla dije: esto si que es un buen cucayo -mientras sonreía con un cierto brillo de ternura en mis ojos-.

Cucayo es una palabra estrictamente colombiana para denominar “el pegao del arroz”, y es que por ciertas vueltas que da la vida, yo y mis hermanos, hijos de padres divorciados, vivimos siempre en la casa paterna, y mientras él trabajaba, nosotros pasábamos el día en casa al cuidado de Lastenia: una negrita barranquillera que yo amo como si fuera una madre.

Laste, como cariñosamente le llamamos, es un personaje especial en la historia de mi familia, llegó a mi casa cuando yo tenía cuatro años, y mis padres aún vivían juntos. La situación cambió cuando tenía seis, y fue a partir de entonces que Laste asumió una cantidad de tareas que hicieron de ella otra madre para mí.

Ella vivió con nosotros unos veinte años, y desde mi casa generó los recursos para levantar nueve muchachos que tenía allá en Barranquilla.

Todas las vacaciones pasaba “la raya” para ir al otro lado. Tenía ella que ver a sus criaturas y supervisar también la casa que estaba construyendo para ellos. Cuando era pequeña, yo no entendía eso, y siempre llorando, la veía partir desde mi ventana. Ella miraba para arriba y se despedía con la mano. Recuerdo que me daba un miedo infinito el que no regresara, así que cuando volvía cargadita de dulces de guayaba, sentía igualmente una alegría inmensa.

Cuando tenía la mala suerte de, por una u otra razón, llegar de última del colegio, ella me esperaba para darme almuerzo… me describía lo que había y lo que ya no quedaba -porque se lo habían comido los que llegaron primero- y me decía con cariño: ¡ay mami! tus hermanos acabaron con todo, aquí lo que queda es un cucayito ¿tu lo quieres?

Y es por ello, que a la pega del arroz, la llamo y la llamaré siempre cucayo, como ese que mi negrita me guardaba con tanto amor, y que a mi no me gustaba, ni me gusta, pero me trae los ya lejanos recuerdos de mi infancia.

martes, 28 de agosto de 2007

Artesanía en cuero... ¿culpable o inocente?

Ayer fui al Marche Central, el mercado principal de la ciudad, donde recorrimos una parte que no conocíamos, en el exterior y en una acera cercana.

Allí hay una mezquita, y la mayoría de puestos afuera venden accesorios y trajes típicos de los que usan los hombres musulmanes en África; una túnica muy larga con pantalón en conjunto, generalmente en lino y con bordados.

En Camerún, 16 % de la población es musulmana y especialmente al norte del país es donde se concentra la mayor parte de los devotos a esta religión; es también en esa región del país, que se realizan artesanías con cuero, bien con piel de camello, de serpiente o cocodrilo.

Por un monto de 3.000 XFA, es decir 6 US$, adquirí dos objetos poco ecológicos en uno de los puestos que visitamos. Uno es un monedero en piel de camello, teñida con la técnica “batik” y el otro, un pequeño sobre, que me pareció elegantísimo, de piel de cocodrilo.

Me llamó mucho la atención encontrar que algunas de las carteras que vendían tenían incorporadas al diseño las inscripciones D&G, lo cual me hizo pensar en las aberraciones del mundo globalizado, que como todo en esta tierra, tiene ventajas y desventajas. Me hizo recordar también,unas alpargatas que vi una vez en una exposición sobre artesanía venezolana, en la Casa Alejo Zuloaga, en el Estado Carabobo, las cuales habían incorporado en su tejido las marcas Nike y Diesel, atestiguando con su presencia, como el mundo industrializado, de forma desmesurada y serial, contamina hasta los sectores artesanales.

Debo confesar, que por aquello de la protección y de los derechos de los animales, me sentí en medio de una encrucijada a la hora de comprar, pero confieso que el placer de admirar lo bello de los objetos y comprar algo, pudo más que mi consciencia ecológica.

Finalmente pensé que los animales ya estaban muertos, que los camellos han de criarlos y que no están en período de extinción. Realmente no sé cuál es la situación de los cocodrilos, pero es también un hecho que aquí forman parte de la dieta tradicional.

Sé que muchas especies de monos están en peligro de extinción y hay una reserva en Limbe, que tiene como principal objetivo sensibilizar a la gente para que no los consuma, razón por la cual me negaría a comer algún platillo elaborado con mono.

De cualquier forma, y volviendo a los objetos que obtuve, se trata de dos piezas artesanales que expresan parte de la cultura del país en el que vivo desde hace un año, no creo que exista una matanza indiscriminada que busque suplir un gran mercado.

En fin, reconozco que me remuerde un poco la consciencia, pero también me gustan mucho mis adquisiciones, a las que me aproximo con ojos distintos a los que utilizo al mirar un criadero de pollos, donde los mismos son alimentados con hormonas y en donde estas aves se encuentran apretujadas en jaulas, faltas de espacio para movilizarse y casi sin poder respirar.

¿Culpable o inocente?

lunes, 27 de agosto de 2007

Mi primer pantalón largo

Si hay un personaje que considero importante, no sólo para Venezuela, sino para el contexto Latinoamericano en sí, es Arturo Uslar Pietri; un hombre que a lo largo de su existencia se dedicó a buscar una definición para América Latina, constituyendo su pensamiento un valor inmensurable para el continente.

Don Arturo, personaje a quien yo confianzudamente conozco como AUP, es un gran amigo personal, lamentablemente nunca lo conocí en vida, pero tuve la dicha de entablar con él una gran amistad después de su muerte, cuando al desarrollar con Fundación Empresas Polar, un proyecto con el fin de conmemorar el centenario de su nacimiento en Mayo de 2006, me dediqué a trabajar con su archivo personal durante diez meses.

Cuando digo archivo personal, me refiero a todo aquello que AUP tenía en su biblioteca, aparte de los diez y ocho mil tomos que no fueron escritos por él, y que fueron donados a la Biblioteca Pedro Grasses de la Universidad Metropolitana en Caracas. De modo que, por diez meses, fotografías, cartas, borradores, cassettes, notas manuscritas, primeras ediciones de sus obras, cintas de betamax, diplomas, condecoraciones, agendas personales, artículos de prensa y pare usted de contar, convivieron conmigo; para a partir de ésto, recrear la vida y obra del personaje y presentar la misma a los habitantes de Caracas a través de una exposición, un catálogo, un ciclo de conferencias y actividades extracurriculares para niños en edad escolar y estudiantes universitarios.

AUP me atrapó de tal manera que se convirtió para mí en una especie de obsesión, aún al salir de la oficina, llegaba a mi casa a leer más de él o sobre él. Llegue a saber que le gustaba y que no, que comía, a qué hora se acostaba y se despertaba. Detalles como que le gustaba el chocolate negro y de éste se comía cien gramos al día, a lo que él le asignaba el secreto de su longevidad. En su mesa siempre se servían comidas criollas y nunca faltaba el casabe. La crema de apio la comía con aguacate y en su casa, al llegar un invitado, siempre se le ofrecía un juguito de piña. Le gustaban las hallacas cuadradas y no rectangulares, y las encargaba siempre a la Señora Salaverría, quien fuera cocinera de Scanone por muchos años.

De todo aquello que fue de él, pero que fue también mío por un tiempo, y a través de lo cual nos comunicabamos diariamente, me encariñé con varios objetos. Todo aquello era y es un gran tesoro, pero tener la oportunidad de pasar horas con este material y hurgar en los recovecos de su memoria a través de sus pertenecías, fue para mí una de las experiencias más honrosas de mi vida.

De esos objetos fetiche, mandé a fotografiar muchos para la edición del catálogo, y de esas fotos, provenientes todas del Archivo AUP ,donado por el propio Uslar a la FEP en 1996, conservo copia, y como una vez le prometí a AUP que más allá de ese proyecto, yo haría lo posible por promoverlo, he decidido abrir dentro de este blog, un pequeño espacio para él. Y lo haré mostrando parte de esos objetos preferidos por mí y que rompen con esa imagen de señor mayor aburrido que muchas veces las personas tienen de AUP.

Voy a comenzar por una fotografía de 1921 que se titula Mi primer pantalón largo. En esos días AUP tenía catorce años, y la foto, es de mis documentos favoritos porque en aquella época se retrataba a los jovencitos con pantalón largo para representar el paso de la niñez a la adolescencia, sin duda un paso importante en la vida de todo ser humano.


Curiosamente, antes de esta fotografía, en 1920, AUP había publicado dos artículos en un periódico de Maracay, el Diario [El Comercio]. El primero, titulado El plátano o banano, hablaba pues sobre esta planta y sus diferentes especies a lo largo del continente Americano. En el segundo, Sapere, AUP escribió lo siguiente: La vida es un tránsito para llegar a la muerte; la ignorancia es ese mismo camino pero andando a ciegas, porque aunque el ignorante ve no comprende. La sabiduría nos hace comprender todo lo que vemos; el olvido es la muerte en vida y la ignorancia es el principio del olvido.

Para mí, fue un hecho maravilloso el que un niño, incluso antes de aquel simbólico retrato, hubiese declarado esas palabras, en las que manifestaba públicamente su voluntad de saber y darle explicación a aquello que desconocía.

viernes, 24 de agosto de 2007

Dos interesantes palabras: CASSAVA y PIROGUE

Existen dos palabras que han llamado mi atención desde que vivo en Camerún y me han hecho pensar en aquella interrogante sobre qué vino primero, si el huevo o la gallina.

La primera es cassava”, la palabra inglesa para nombrar yuca , y que inmediatamente me hizo pensar en nuestro casabe de yuca venezolano, haciéndome cuestionar sobre el origen de esta palabra, que para mí siempre fue un vocablo proveniente de las lenguas indígenas del Caribe, por lo que tenía entonces la gran duda sobre si la palabra cassava se derivaba de nuestro casabe.

Para aclarar el enigma recurrí a Wikipedia tanto en inglés como en español, y además de revisar estas dos palabras, busqué también yuca y “mandioca”, siendo esta con la que se denomina este tubérculo en portugués, y de donde debe venir la palabra francesa manioc.

Confirmé entonces que la yuca es originaria de América del Sur, y que así como otros alimentos que fueron importados de nuestras tierras, tales como la papa, el tomate y el maíz, la yuca fue llevada de América al resto del mundo. El clima ideal para su cultivo es el subtropical, requiriendo de altos niveles de humedad y sol para su crecimiento.

Según Wikipedia, datos arqueológicos revelan que la yuca fue cultivada en el Perú hace 4000 años, constituyendo uno de los primeros cultivos domésticos de América Latina. Su uso se extendió y popularizó en Venezuela, Brasil, Colombia y otros países latinoamericanos. Siendo también común en varios países africanos como Camerún, Nigeria -el mayor productor de yuca en el mundo-, Sierra Leone, etc. y en las latitudes de la India, Tailandia e Indonesia.

También leí que la palabra yuca viene del quechua yog ca”, que quiere decir “que se amasa molida”, y siendo el quechua la lengua del imperio Inca y habiéndose cultivado la yuca originalmente en el Perú, ésto parece tener mucho sentido.

De modo que termino concluyendo que si esta raíz encuentra su origen en nuestras latitudes, el que se denomine en inglés como cassava debe provenir también de nuestras fronteras, y específicamente de nuestras etnias caribeñas, que denominaron el rico pan de yuca como casabe.
La otra palabra que hacia prender una chispa de curiosidad en mi cabeza es “piragua”, que tanto en inglés como en francés se dice pirogue. Wikipedia, en su versión en inglés, dice que la palabra encuentra su origen en el vocablo español “piragua”, y tanto en las versiones en inglés como en francés, se hace referencia a las piraguas de los indios de América del Norte (Canadá y Estados Unidos), y a las utilizadas por los pescadores del África Occidental, Indonesia y la Polinesia, pero no se nombra en ninguna parte a las piraguas del Caribe.

El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, afirma que el vocablo es de origen Caribe. Copio textualmente la definición:

piragua.
(De or. Caribe).
1. f. Embarcación larga y estrecha, mayor que la canoa, hecha generalmente de una pieza o con bordas de tabla o cañas. Navega a remo y vela, y la usan los indios de América y Oceanía.
2. f. Embarcación pequeña, estrecha y muy liviana que se usa en los ríos y en algunas playas.

Si, la palabra tiene su origen en la voz del español “piragua”, y, el diccionario de la RAE afirma que es un vocablo proveniente del Caribe, entonces concluyo, que al igual que cassava, pirogue proviene de nuestras tierras, y debió haber sido asumida por los colonizadores españoles, para luego ser transmitida al resto de Europa, por donde llegó al África... ¿Ustedes qué opinan?

jueves, 23 de agosto de 2007

Crevettes au forn de bois

Les cuento que he logrado sobrevivir a mi cuarto día del "Taking Care of Myself Program", pero quería compartir con ustedes este rico platillo que comí durante mis días de tragaldabas fuera de Douala... Camarones al horno de leña! Allí pueden ver entonces porque Camerún es el país de los camarones!

Estos suculentos "crevettes" se meten al horno tal cual fueran una pizza solamente con sal y un poquito de aceite... Los preparan en el restaurant de un hotel que se llama Hostelería de La Sanaga, que queda en Edéa, una ciudad que queda entre Douala y Kribi y cuyo río es La Sanaga, de donde provienen los camarones, que son también de río y no de mar.

Como ven el problema real son las tajaditas y las papitas fritas... la próxima vez me pido de acompañante una ensaladita...

Es muy rico sentarse a contemplar el río pasar. Allí nos quedamos hospedados una noche, así que cenamos junto al río y desayunamos junto al río... Al irme de Camerún una de las cosas que extrañaré serán los ríos!!! Cosa curiosa porque si hay algo que no extraño de mi ciudad natal es el río Guaire, y ni imaginar los "crevettes" mutantes que podrían salir de él...

miércoles, 22 de agosto de 2007

Blogger está chiflado!!!!

Hola chicuelos!!!! Este post es para contarles rapidamente y luego de intentar acceder mil veces a mi blog, que Blogger esta CHIFLADO!!!! No sé si de paso tiene algo que ver con mi mala conexión a Internet, que está más lenta que nunca, pero lo cierto es que he pasado a visitarlos, he leído los posts más recientes y que me había perdido, cuando finalmente luego de varios intentos, logro abrir la página para dejarles comentarios, luego que escribo largo y tendido... cuando voy a publicar y después que espero como una hora... mi pantalla dice: "Lo sentimos pero no hemos podido llevar a cabo su petición".... GRGRGRG!!!!

Acceder a mi propio blog es un problema, ya que me abre la página de Blogger, pero luego la ventanita donde uno hace login (un pequeño cuadrito dentro de esa página) dice "Internet can not display this site"...... DOBLE GRGRGRGGR!!!!!!!!!!!! Igualmente cuando trato de abrir los comentarios que me han dejado!

Estuve por aquí en Camerún con el escocés de vacaciones, es decir no hicimos nada más que comer y descansar... y como ya Sol y Arrepentida han declarado, estas vacaciones en pareja son un riesgo para la figura! Se podran imaginar, abandoné mi gimnasio y comí al mejor estilo camerunes platáno frito y papitas fritas con todas mis comidas durante tres días fuera de casa, y el otro vicio que tengo desde que vivo aquí, es el bendito pan con mantequilla... es que los dos son demasiado buenos!

RESULTADO: Me siento inflada tal cual globo terraqueo! Este lunes empecé a llevar a cabo lo que yo llamo en inglés "The taking care of myself program", para no decir aquella palabrita que nos descalabra el cerebro y nos produce mayor ansiedad!!!

Por eso compré frutas y las dejé peladas y listas para comer en la nevera, también me compré medio kilo de lechugas que lavé, desinfecté, sequé y pusé en una palangana hermeticamente cerrada para que me duren y estén listas para mis comidas (olvidense de las lechugas listas para comer que venden en los supermercados!) y también descubrí una tiendita donde venden frutas deshidratadas muy ricas donde compré piña y papaya que son muy buenas para mi meriendita y ataques de ansiedad!!!

Leí que Rosita comenta sobre las frutas... Les paso una lista con las frutas clasificadas según su contenido de azúcar... Las frutas al 5% y 10% pueden comerse a toda hora, las del 15% hasta las 3 PM y las del 20% sólo en el desayuno. Yo en teoría con un pequeño programa que incluye media hora de ejercicio al día, no carbohidratos después de las 3 PM, dos pequeñas meriendas a media mañana y media tarde, más medicamentos para la tiroides y para el huperinsulinismo, debo ponerme buenas tardes... claro, nunca palillito, porque siempre he sido una persona "grande".

Lista de frutas:

5%
Melón, patilla (sandía), fresas, moras.

10%
Guayaba, lechoza (papaya), mandarina, naranja, toronja, kiwi, limón.

15%
Ciruela, durazno, guanábana, higos, mango, manzana, pera, piña, uvas.

20%
Cambur (banana), mamón, níspero.

Obviamente las mismas se comen en cantidades prudentes, no es que uno se va a sentar a desayunar con una mano entera de cambur, si es pequeño se puede comer entero y si es grande la mitad... de las otras frutas se puede comer una unidad si son pequeñas o una taza de las que son muy grandes, no es que nos zampamos una piña completa de postre.

Bueno espero que esto les sea útil... me despido de ustedes hasta la próxima entrega que depende de mi conexión... de verás si no ven por allí es porque no he podido dejar comentarios... de paso les cuento, que desde que vivo aquí he adquirido tres routers, y debido a que se va y viene la luz todo el tiempo se han echado a perder, el primero porque fue comprado en tierras donde la electricidad es 110 y aquí es 220, efectivamente se tuvo que dañar! El segundo se daño con un rayo! El tercero, no sé que tiene... Roger se lo llevó... aparentemente vino malo de fábrica y como él me hizo la segunda de irlo a comprar... está tratando de cambiarlo... y pues debido a todo esto, les cuento que para poder conectarme tengo que pegarme directamente al modem... y para ello tengo que estar en una esquina de mi casa sentada en el piso muy incómoda... lo cual amerita un TRIPLE GRGRGRGRR!

Un abrazo para todos... espero que a Gaby se le haya mejorado su pie!!! Eso me dolió a mi de solo leerlo... Sol que alegría la boda...

Cambio y fuera... adios coroto... bay bay gon!

lunes, 20 de agosto de 2007

Un año en Camerún

Hoy hace un año llegué a Camerún y me detengo a pensar en cómo me sentía al momento de mi llegada y cómo me siento ahora. Hace un año, todo lo que me rodeaba me parecía distante, pero en esa distancia trataba de reconocer situaciones familiares. Hoy, sigue existiendo la distancia, pero ciertamente me siento más cómoda, más en casa, y es que de algún modo he terminado por aceptar el medio que me rodea y de esa forma el medio me ha aceptado a mí… hoy, cuando salgo a la calle, raramente la gente me llama “la blanche”, de modo que algo debo decirles con mi actitud para que no me sientan ajena pese a mi color.

Sin duda siempre seré una extranjera en Camerún, como lo fui en España, en Alemania o en cualquier otro lado que no sea Venezuela, creo que deben pasar muchos años para que uno digiera una cultura y sea absorbido por la misma para dejar de sentirse extraño, pero es también un hecho, que mientras el tiempo transcurre uno se acerca a lo ajeno y aprende a mirar con otros ojos lo que en un principio nos pudo extrañar, y quizás por eso, después de un par de años, en los que muchas veces uno deseó dejar de estar en donde se está, a la hora de partir siempre se le arruga a uno el corazón, pues lo que fue nuestro día a día por algún tiempo, será, como todo, un recuerdo, parte de ese pasado lejano, que sin que estemos conscientes mientras lo vivimos, marca nuestras vidas y forma parte importante de la misma.

Le dedico en este post unas líneas a la gente de quienes he aprendido del lugar y que han colaborado para que mi vida en Douala sea más fácil y agradable.

Por un lado está el personal del British Council Douala, quienes todos, sin excepción, nos acogieron desde nuestra llegada, pero por supuesto tengo mis preferidos que son Tony, quien es el encargado de mantenimiento de la oficina y también de mi casa. Con él he tenido varias discusiones, pero a la final repara todo lo que sea necesario y como aquí ha habido muchas cosas que arreglar hay entre nosotros una agradable relación; como la hay también con Kiwanoka, el mensajero. Kiwan es inmenso, sus manos son del tamaño de un guante de béisbol, pero igualmente gigante es su corazón, es bueno y dulce como el solo, y debido a que ve una novela en la TV que ocurre entre Miami y Caracas, sueña con ir a Venezuela a encontrar una novia, pues él afirma sin pelos en la lengua, que allí están las mujeres más bellas del planeta.

Francisca, quien viene dos tardes a la semana a ayudarme con los labores del hogar, fue un personaje clave a mi llegada, yo no conocía a nadie y ella se sentaba a hablarme de Camerún y a escucharme hablar de Venezuela. Ella me llevo a los mercados por primera vez, me dio consejos para moverme en la ciudad, me enseñó a tomar taxis y motos, me dio las pautas para negociar todo cuanto quisiera y no dejarme fregar porque soy extranjera. Francisca me ofreció desde mi llegada todo su apoyo, cuando terminaba su trabajo, se quedaba conmigo hasta que llegara Alan de la oficina para que no me sintiera sola, me hablo de su vida y a través de la misma me invitó a comprender un poco más la realidad del país.

También debo hablarles de mis amigos, especialmente los latinos, todos ellos han sido fundamentales en mi proceso de adaptación, pero ocupan un lugar especial Bárbara y Gaby. La primera, de Chile, me adoptó apenas me conoció, me mostró los supermercados, la carnicería, el gimnasio, me invitó a su casa, etc, etc, etc… y pasó a ser amiga y confidente… la pobre es como mi terapeuta, a veces le digo que si me cobrará estaría millonaria. Ella, sus hijos, su marido y su perro, son personajes que sin duda extrañaré al dejar Camerún, o quizá ellos se vayan primero. Gaby, de Venezuela y caraqueña como yo, llegó después, y yo hice con ella lo que Bárbara hizo conmigo, así que la lleve a ruletear por toda Douala, y al no tener hijos y mucho tiempo libre como yo, hacemos muchas actividades juntas, pues tenemos por lo general una agenda sumamente flexible y libre de compromisos.

Forma parte importante de mi rutina aquí, y aunque debo reconocer que a veces me da una flojera terrible, el grupo de mujeres que conformamos el café de español, que se reúne religiosamente todos los martes en la tarde a merendar y practicar nuestro idioma. Formamos parte de él, por supuesto todas las latinas, quienes venimos siendo las maestras, europeas y africanas. De ese grupo, he tenido oportunidad de acercarme y entablar una relación especial con Clara, quien es de Madagascar y no está en la foto.



No puedo dejar de nombrar a Roger, quien trabaja dando soporte técnico de Internet para MTN, compañía que me provee el servicio, y que luego de pasar tanto tiempo en mi casa arreglando los problemas de mi conexión, pasó a ser amigo. A Robert, quien es el chofer de Gaby y nos lleva y nos trae a todas partes mientras nos enseña francés en el camino. Celestine y Allain, los guardias donde vivo con quienes me cuesta mucho comunicarme, pero siempre nos entendemos, y me ayudan a solucionar pequeños asuntos domésticos. Benjamin en el gimnasio, con quien práctico mucho mi francés mientras combato la grasa. Y todas las personas, que aunque desconozco su nombre, están presentes en mi día a día: la señora del puestico de comida en la salida de mi calle a la avenida, la que vende tarjetas telefónicas en la esquina, la “gran mamma” que vende cigarrillos, mis vecinos de atrás con quienes coincido desde mi balcón, el vigilante de la farmacia por donde paso cuando voy a pie al gimnasio, y muchos otros anónimos, todos ellos, quienes sin conocerme, me saludan con cariño y me hacen sentir parte de Douala, aunque igualito muchas veces he querido salir corriendo!

lunes, 6 de agosto de 2007

La gastronomía local

He tenido varias ocasiones para degustar la cocina local. Lo primero que comí, el mismo día domingo 20 de agosto de 2006 cuando llegué a Douala, fue comida oriunda del lugar, pues era una curiosidad que queríamos matar lo antes posible. Ibamos a ir a un sitio que se llama Chez Caly, a donde fuimos este sábado por la noche, pero que no estaba abierto, puesto que cierra los domingos, de modo que comimos entonces en un tenderete en la misma calle de Chez Caly, al aire libre, mientras caía un autentico chaparrón, pues hace un año, como ahora, era también plena temporada de lluvia.

La comida más común por aquí en estos típicos tenderetes o restaurantes locales, es muy similar en cada uno de ellos, por lo general se pueden obtener brochetas de carne, de tendones, de interiores, que vienen siendo los órganos de los animales, de joroba, -recuerden que la carne aquí es de Cebú-, de pescado o de pollo, estas son de común venta y preparación en la calle, tal como ven en la foto, donde se asan en un palito de madera sobre una parrilla, generalmente improvisada sobre uno de esos toneles metálicos (barriles de petroleo) con leña en su interior.

Luego la otra alternativa es un pescado preparado también a las brasas, el cual generalmente está en una cava que uno inspecciona para elegir el pescado y luego discutir el precio a cancelar. Los pescados son generalmente de río, provenientes del Wouri y se adoban un poco, no sé con qué, y se dejan coser al calor del fuego. De acompañamiento se utiliza el miyondo -creo que se escribe así, pero se pronuncia meondo- que es un alimento tradicional a base de yuca. El procedimiento para prepararlo es extenso, ya que la yuca no se cocina, sino que se deja como tres días remojando para que se ablande y luego se hace una masa de la cual se forman tiras largas que se envuelven en una hoja, no sé si de plátano o de otra especie, que se amarran con hilo y se hierven luego, tal cual como si fuera una hallaca. A la hora de comerlo, se abre y se enrolla como un espiral y se van tomando pedacitos del mismo.

Lo otro más común, y que siempre ordeno, ya que aunque puedo comerlo, no soy muy amante del meondo, son el plátano frito (como lo comemos en Venezuela) y las papás fritas (como se comen en todos lados)… Toda esta comida se sirve junto a un picante rojo rojito… muy fuerte y delicioso para quienes somos amantes del picante, este se elabora con un ají picante, obviamente rojo y muy similar a un ají dulce venezolano con aceite de palma de coco.

También a los cameruneses les gusta mucho un adobo marca Maggy que ellos le echan a todo, es como una especie de salsa inglesa o soya, pero con un gusto no exactamente igual, ese aderezo se llama Aroma y tal cual pueden ver en la foto del individual en la mesa, es el secreto de la felicidad! En las fotos ven el individual Maggy con el picante, luego un gran pescado (lo llaman Dorado, pero no es el mismo que llamamos así en Venezuela), plátanos y papás fritas, con más picante.

A mí me gusta esta comida, es sencilla, pero con mucho sabor, y deliciosamente se come con las manos… En Chez Caly te ponen cubiertos, pero como me dice mi madre: “a donde fueres haz lo que vieres” yo disfruto del placer de agarrar con mi mano todo lo que como, lavando las mismas antes y después en los lavamanos que se disponen para este fin.

Luego he tenido oportunidad de probar platos más elaborados en dos ocasiones diferentes. Una en mi casa, cuando invitamos a los empleados de la oficina del escocés para una reunión, en la que, nosotros poníamos la casa y las bebidas, y ellos traían comida típica elaborada por ellos. Fue una gran experiencia, lamentablemente para ese entonces yo no pensaba escribir un blog, y no hice registro de los platillos, los cuales eran absolutamente novedosos para mí y muy interesantes.

Ese día fuimos doce comensales, yo arreglé la casa e hice un guacamole, ya que como por aquí se come tanto aguacate pensé que les gustaría. Empezaron a llegar los invitados cargados de cestas, ollas y platillos diferentes, que yo no sabía ni cómo servir ni presentar. Así que decidimos que todo se pondría en la mesa y que cada quien se serviría para comer sentado en la sala o donde gustara.

Trajeron un pollo en una salsa muy picante con arroz blanco, que no era algo tan especial para mi paladar. La persona que lo preparó, trajo también unas tortitas fritas preparadas con caraotas, supongo que blancas (frijoles para quien no sea venezolano), que parecían unas arepitas fritas. Mi platillo favorito, por su elaboración y presentación, fue el fufu au cocoyam, que es un mazacote de ocumo, que también puede ser elaborado de yuca o maíz, que venía presentado en una olla, donde sin un grumo y perfectamente aplanado en el tope habían realizado un dibujo como una tela de araña muy bonito.

Eso se acompañaba con una sopa a base de doce especies africanas y yo dije: “Jo… yo no tengo tantos platos hondos como para todos los que estamos aquí!” y las mujeres me vieron y se rieron del desconocimiento de la blanca, a la vez que me dijeron que no me preocupara… Esta sopa es un líquido amarillito elaborado a base de aceite de palma de coco y estas doce especies, que no sabría decirles lo que son, ya que ellas no sabían ni siquiera cómo explicarme en inglés, ya que las mismas tienen nombres locales.

La sopa se sirve de la siguiente manera: se toma una cantidad considerable de fufu y en un plato llano, con esta masa, se elabora un bowl, es decir se pone la bola y la mujer que sirve moldea con su mano un recipiente en cuyo centro se pondrá el relleno, que además del líquido, tiene panza (estomago de res como nuestro mondongo), una carne muy grasa que yo pensé que sería algo así como chicharrón de res y berenjena, también te ponen un ají fortísimo amarillito, que uno va exprimiendo poco a poco para darle gusto picante al plato, y valga acotar aquí que al escocés nadie le explicó eso y se lo trago completito a lo que le salió fuego por la boca y ojos convirtiéndose en el show de la velada (pobrecito!). Este plato es típico de Bamenda, de donde son casi todos en la oficina, y se come también con la mano. Así que fue la primera vez que tomé una sopa con la mano. Es muy pesado y ya con eso estaba a punto de reventar, pero en realidad fue como la entrada, porque además del pollo que ya había probado primero, luego venía otro plato, que consistía en el rabo del cebú preparado en una salsa sumamente espesa y negra, ni idea de cómo se prepara ni a qué sabe, porque me hice la loca y no lo comí, acompañado de plátanos verdes sancochados.

Como ven los platillos eran muy pesados, al menos para mí, esta salsa luego la probé en un bautizo, pero esta vez con cordero y con fufu de yuca presentado en simples bolas de masa, resultando igualmente pesado y con un sabor indescriptible.

Por mi experiencia, puedo contarles que básicamente la comida es muy grasosa, condimentada y picante. En Camerún se dice que comen de todo, quizás no en la ciudad, pero sí en las aldeas, donde se comen lagartijas, monos, gatos, y en fin, según dicen por allí, cualquier cosa que respire.

domingo, 5 de agosto de 2007

El Wouri



Algunas veces vamos a sentarnos en la rivera del Wouri la tarde del sábado o del domingo... Allí ordeno una infusión de citronella, muy común por aquí, me quito los zapatos y me siento a mirar el río, sus manglares y una que otra pirogue o piragua que pasa por allí. Por lo general es muy agradable, porque allí en ese restaurant, que es como un palafito, no entiendo por qué, pero nunca hay nadie... y es un lugar muy apacible, donde sopla el viento y uno se olvida de lo desordenada y caotica que es esta ciudad.



Generalmente esperamos el atardecer y luego nos vamos a cenar a casa o algún otro lugar si los ánimos así lo solicitan.

jueves, 2 de agosto de 2007

SALON DE COIFFURE

Si hay algo que caracteriza al mundo de la mujer es la coquetería, y si hay algo que llamó mi atención al llegar a Camerún fue la gran cantidad de peluquerías que se pueden encontrar en Douala. Lo que para mí representó una gran similitud entre Caracas, donde hay una peluquería prácticamente en cada esquina, y esta ciudad africana.

Con el paso del tiempo comprendí que a las mujeres de aquí por lo general no les gusta su cabello, y comprendí también que quizás ese es un rasgo heredado de este lado del mundo que tenemos las venezolanas, pues la mayoría quieren llevar el pelo liso. Razón por la cual las peluquerías, al menos las caraqueñas, están repletas cada lunes por la mañana, donde al ritmo unísono de varios secadores se alisan las rebeldes greñas a miles de mujeres venezolanas que empiezan una nueva jornada laboral.

Aquí comprendí también, que el famoso turbante o atado africano, forma parte de la indumentaria local, principalmente para esconder el pelo que las mujeres no quieren lucir. A mí la verdad esta prenda me parece hermosa, porque además el amarrarlo tiene todo un arte.

La primera vez que me di cuenta de esto, fue cuando fui a encontrarme con una chica de Douala que había contactado desde Venezuela por una de estas páginas que hay en Internet para hacer nuevos amigos. Yo tenía en mi cabeza un pañuelo, como lo podemos utilizar en Venezuela o en cualquier otro lado, es decir un triangulo, atado en la parte de atrás. Ella me pidió que me lo quitara y así lo hice, tras lo que ella me dijo que mi pelo era suave y no tenía necesidad de esconderlo con el atado, y no encontré forma ni manera de hacerle entender que el mismo lo utilizaba como un accesorio y no para cubrir mi pelo.

Luego quise aprender a amarrarlo a la manera africana y le pedí a Francisca, quien viene a ayudarme en los quehaceres del hogar dos tardes a la semana, que me enseñara a hacerlo. Eso fue motivo de una larga conversación, porque ella decía que yo no tenía necesidad de eso porque mi pelo era bonito: Your hair is nice Auntie Monique! You don’t need the African style!!! Pero finalmente la convencí de que simplemente a mí me podía gustar su estilo, y así pasamos al baño, donde frente al espejo pasamos horas de entrenamiento previo a nuestro cometido, ya que, según ella, la suavidad de mi pelo, hacía que la tela se me resbalaba cada vez que íbamos a hacer el nudo. Pero finalmente lo logramos y a la siguiente semana Francisca me trajo de regalo unos nuevos pañuelos.

La verdad también con el paso de los días fue que me di cuenta que los magníficos pelos lisos que veía en las mujeres en la calle, eran pelucas o postizos que se fijan de forma permanente a la cabeza, y entonces aclaré también mis dudas sobre cómo era posible que las mujeres aquí con un clima tan húmedo andaban siempre tan bien peinadas y yo no hallaba forma alguna de combatir la estática reinante en mi cabellera. Lo de las pelucas lo constaté una vez que vi en el balcón de mi vecina de abajo alrededor de unas quince pelucas de diferentes colores y modelos en su tendedero.

Debo reconocer que me encanta la creatividad de la mujer Camerunés a la hora de peinarse, creo que es un hecho generalizado a lo largo del continente, pero como sólo puedo afirmar lo que he visto con estos ojos, me remito al país que habito. Y es que las mujeres aquí son bastante atrevidas a la hora de peinarse, y eso me fascina, porque no le temen al color, ni a las mechas, ni a los diferentes modelos de postizos, y es así que un día son rubias, al otro pelirrojas y por qué no, un día tienen el pelo fucsia o morado, y ni hablar de los magníficos dibujos que diseñan a la hora de trenzar el cabello.

Para los hombres no hay tanta variedad de peinados, generalmente llevan el pelo rapadito, o los más bohemios se dejan los “dredlogs”. Sin embargo también tienen su estilo, como los que ven en los siguientes carteles.


Seguramente el peinado aquí en Camerún, al igual como la moda de cualquier pueblo, ha de tener diferentes connotaciones culturales, y esta tradición es sin duda alguna un arte, que como el arte en todos lados del mundo, es cambiable y adaptable a los tiempos que corren.

Como yo soy de las que piensan que el pelo es también algo para experimentar me he cortado el pelo yo misma en dos ocasiones desde mi llegada. Luego me presentaron a Baby, una chica que viene a tu casa quien me ha cortado dos veces más. Ahora como es temporada de lluvia lo estoy dejando crecer, pero cuando me obstine por el calor, voy a probar en Nefertari, un Salon de Coiffure que descubrieron mis paisanas venezolanas, y a donde van regularmente a alisarse las chichas. Fue allí también, en donde una de ellas hizo realidad su sueño de lucir un peinado africano, el cual no pudo soportar por más de un día, ya que el mismo le provocó un fuerte dolor de cabeza por lo tenso de las trenzas… y es que como dicen por allí: para ser bella hay que ver estrellas!!!

miércoles, 1 de agosto de 2007

Reto para los pulmones!!!


Acá en Douala, además de haberme convertido en una experta en muchas tareas del hogar que antes no hacía, hice por primera vez una torta buena, es decir una esponjosa, que subiera y que no se quedara pasmada y cruda en el medio... así que descubrí en mí una nueva faceta repostera, ya que si bien era buena haciendo otro tipo de postres como Pie de Manzana o Marquesa de Chocolate, nunca había sido buena horneando pasteles!

Hoy es el cumpleaños del escocés y le he hecho esta torta loca que más bien parece un reto para sus pulmones!!!!

Una buena forma de decirle que quizás sea hora de dejar de fumar... y no las típicas frases de novia fastidiosa tales como: "Mi amor creo que estás fumando mucho!", "Deberías dejar de fumar" o "Esa tos es la típica del fumador!"...