Marche Congo

Hoy fui a Marche Congo, este es un mercado alucinante cuya especialidad son las telas. El mercado es inmenso y es una explanada de tierra con muchos corredores en los que hay miles de tenderetes que venden todo tipo de telas. Y cuando digo todo tipo de telas es porque de verdad hay de todo: sedas, linos algodones, para cortinas, para tapizado, para sábanas, para disfraces, para ropa. La verdad es que se pueden pasar horas curioseando. Lo mejor de todo es que dentro del mercado también hay gente que cose y hace maravillas.

Yo fui buscando una tela para hacer un cubrecama. En una tienda en Akwa, vendían uno listo por 35.000 XFA, pero no combinaba para nada con mi cuarto, en donde hay baldosas azules. Así que pregunté si me podían hacer uno con una tela que me gustaba y me dijeron que sí. Para ello necesitaba comprarles la tela y pagarles 20.000 XFA por la hechura, tardándose unas dos semanas para hacer el trabajo.

Como buena venezolana que soy, siempre buscando el rebusque y la economía, pensé que mejor me iba al Marche Congo, en donde hay más variedad, para buscar el material. De vuelta a casa, ese mismo día, me detuve en el Marche de Fleur, que es otro mercado, pero de artesanías, que hay aquí en Bonapriso. Allí, le pregunté a una señora que me ha vendido algunos tejidos, si me podía hacer el famoso edredón acolchado, ella me lo hacía por 15.000 XFA más el material. Me pareció que no estaba mal, pues ya era algo menos. Así que le dije que iría a comprar la tela a mi gusto y se la llevaría. Ella se tardaría diez días en hacerlo.

En el Congo, adonde fui hoy aprovechando que no llovia y junto a dos venecas más, conseguí unas telas muy bonitas combinables entre sí a muy buen precio, compré todo el material para un edredón reversible y dos fundas por 10.000, y también encontré una señora que me lo hará por 10.000 más. Hoy es martes y lo tendrá listo para el sábado, pero yo le dije que pasaré a recogerlo el lunes. Como ven me ahorre unos cobritos, pasé una tarde entretenida viendo telas hermosas y me conseguí tremenda costurera.

También hablé español con el muchacho del puesto donde compré la tela, y es que aquí en Douala hay mucha gente que aprendió español en la escuela, y cuando nos escuchan hablar les encanta practicar. Cuando les digo que vengo de Venezuela se ponen muy contentos, porque generalmente nunca han tenido contacto con un suramericano. También el caso común, adivinen qué… me dicen Hugo Chavéz!!! Y bueno normalmente me tomo el tiempo para hablar con ellos sobre el presidente. Generalmente lo admiran porque se mete con Bush, esa es su única razón, y normalmente yo les contesto que a mí también eso me gusta de él, pero es una de las pocas cosas que le admiro, y que aunque eso le da mucha proyección internacional, debería más bien ocuparse de los problemas del país y no estarse haciendo famoso a costillas de su guerra antiimperialista. También les explico que todo eso no es más que una farsa mediática, ya que en el fondo Chavéz no puede vivir sin Bush, porque es el primerito que nos compra el petróleo, y que a la hora del té, puede decir lo que le da la gana, pero sabe que sin él se las vería apretadito!

Pero volviendo al mercado, al otro lado de la calle que lo atraviesa, están los pasillos de mercería. Allí venden encajes, botones, hilos, agujas, cintas y etiquetas de marca. El detalle de las etiquetas es muy pintoresco, pues aquí se hace la ropa y uno elige la marca que le quiere poner. Las costureras y sastres son excelentes, copian exactamente cualquier prenda, así sea un blue jean, cuya tela también venden en el Congo.

Yo aún no he mandado hacer nada porque no he tenido una ocasión que lo amerite y siempre digo que me voy a mandar a hacer vestidos y faldas, pero la verdad es que mi espíritu consumista no se ha manifestado, sin embargo he visto ropa que se han mandado hacer otras personas y sin duda el resultado es excelente.