jueves, 29 de noviembre de 2007

...piazo e' LOCO!!!

Sé que en mi anterior post hago un llamado a la tolerancia, pero sencillamente yo no puedo ser tolerante ante quien tiene la intención de hundir a mi país en la más profunda de las miserias, tras un proyecto, si es que puede llamarse así, descabellado, excluyente y autoritario, que solo lo favorecería a él y a sus inescrupulosos secuaces.

Innombrable, no sabes cuánto deseo verte envuelto en una camisa de fuerza en un cuarto con paredes acolchadas, ahogándote en tu propio delirio... una habitación en donde no pudieras oír a nadie más que a ti mismo desvariando una y otra vez, y en la que ni siquiera pudieses escuchar al mismísimo Rey de España pidiendo que te calles.

Loco debes estar en este instante al ver como mi pueblo está ahora mismo en la Av. Bolívar diciendo que NO a la más reciente de tus locuras.

NO A LA REFORMA!!!! POR UNA VENEZUELA LIBRE Y DEMOCRATICA!!!

domingo, 25 de noviembre de 2007

We Are One

Ayer asistí a un evento que me puso a pensar. Una iniciativa que tuvo lugar por primera vez hace más de un mes en el British Council Douala: el Cine Club, un ciclo de proyección de cortos documentales realizados en el 2005 por cineastas africanos y de Gran Bretaña, cuyo propósito era la interacción y el diálogo entre algunos países africanos y el Reino Unido.

La primera experiencia, aunque poco concurrida, fue exitosa, y la segunda, que tuvo lugar ayer, llenó las expectativas de sus organizadores, dado que la asistencia fue la esperada, los participantes llegaron puntuales y disfrutaron del evento, cuyos filmes se prestaron para iniciar una interesante discusión sobre identidad cultural y otros temas.

El primer corto, Through My Eyes (A través de mis ojos), nos narra las impresiones de un joven de Sierra Leone, tras visitar Inglaterra y salir por primera vez de su país natal. Durante el tiempo que dura la película, el narrador establece comparaciones entre la sociedad británica y la suya propia, encontrando similitudes y diferencias. Le sorprendió sobremanera encontrar mendigos en las calles de Londres, el sentido que del tiempo y su organización tiene la sociedad británica, que mujeres casadas montasen bicicleta, pues según él, en su pueblo, si una mujer casada hiciera lo mismo sería vista como una prostituta. Le llamó también la atención ver que incluso personas mayores iban a trabajar y que la gente se besara y “jugara al amor” libremente en las calles, lo que en muchos países africanos está reservado para la intimidad del hogar.

La segunda proyección, We Are One (Somos Uno), del cineasta camerunés Zigoto, a través del football y la violencia que este deporte puede llegar a producir entre los más fanáticos, establece un paralelismo entre los hooligans británicos y los entusiastas del football en Camerún.

Al finalizar la discusión, la gran mayoría de los asistentes concluyeron al unísono que We Are One, sin importar nuestro color, donde vivamos y en que creamos. Simple y llanamente los hombres, todos los hombres, somos uno, con nuestras similitudes y diferencias.

Todo esto me dio que pensar, y en la noche, mientras me tomaba un vinito y veía las fotos que había tomado del evento, la siguiente idea me vino a la cabeza: ¡Qué gran estupidez es el racismo! Venga de quien venga y en la dirección que sea, pues sólo demuestra lo básico e intransigentes que podemos llegar a ser los seres humanos.

También recordé situaciones que he vivido en carne propia, que han atestiguado tal estupidez y que me indican que la misma está más cerca de uno de lo que uno quisiera. Por lo que voy a darles unos simples ejemplos ilustrativos de tal situación.

Cuando estuve en Caracas hace poco, estaba tomándome un café con alguien quien en medio de la conversación me dijo: “Yo no sé si pudiera vivir allá” (es decir aquí en Camerún). Al yo preguntar por qué, la respuesta fue abiertamente: “Es que yo soy medio racista”, y yo asombrada, pues esta persona está muy lejos de ser rubia y de ojos azules, me quedé atónita sin saber que responder a lo que mis oídos recién escuchaban.

En otra oportunidad, antes de mudarme de Caracas a Douala, un amigo a quien veía en ocasión de despedirme, me dijo al dejarme en mi casa y señalando a un heladero, que me imaginara si yo sería capaz de vivir en un sitio donde todo el mundo iba a lucir como ese señor. Recordemos aquí que debe haber algún tipo de trata de personas entre Haití y Venezuela, pues la mayoría, sino todos, los heladeros que empujan carritos en las calles de Caracas son originarios de ese país.

Esa situación me pareció especialmente cruel, pero peor aún, me resultó una vez que planteé a miembros allegados de mi familia, la posibilidad de adoptar a un niño de Camerún, a lo que se opusieron rotundamente, con la excusa de que imaginara lo que ese niño iba a sufrir si algún día yo me mudaba de nuevo a Venezuela cuando lo metiera en un colegio y los demás niños se metieran con él por su color. Cuando yo manifesté mi descontento con lo que escuchaba y les dije que no podía creer que ellos fueran así de racistas, se justificaban diciéndome que no lo eran, pero que ellos pensaban eso basándose en el futuro sufrimiento del niño.

Es realmente deprimente y hasta increíble, que gente con formación universitaria pueda decir tales barrabasadas. Si Madonna o Angelina Jolie adoptan un niño africano, es una maravilla, la filantropía en su máxima expresión, es un hecho exótico, excéntrico y extravagante, al cual se le puede asignar todo tipo de calificativo genial que pueda ser asumido por una estrella del mundo del espectáculo. Pero si yo, una mujer común y silvestre, proveniente de la “raza aria” venezolana, osa tener una idea como esa, debo estar desvariando. Todo lo contrario si tengo un hijo de padre escoces, que mejoraría la raza.

Igualmente ocurre aquí, donde en innumerables ocasiones se discrimina o maltrata a los blancos, por su condición extranjera. O se rechaza a una persona albina dentro de una familia, porque culturalmente un albino trae mala suerte y desgracias dado su color. Como es el caso del músico nacido en Malí, Salif Keita, quien habiendo nacido príncipe en una tribu de Djoliba, fue descastado y renegado por su pueblo a causa de su albinismo. Lo cual, vale la pena mencionar, le permitió ser el músico que es y gozar del éxito internacional que hoy día disfruta, pues si hubiese permanecido en su papel monárquico se le hubiese prohibido dedicarse a la música.

En fin, ayer también escuché comentarios como que una chica de Camerún nunca podría reaccionar normalmente frente a un homosexual o una lesbiana, porque “eso” simplemente es contra natura y por tanto inaceptable e inmoral. Recordé también cuando en alguna ocasión, algún español en Barcelona, me llamó “sudaca” con ínfulas de insultarme aunque pudiera lucir físicamente muy parecido a mí.

Todo esto me hizo preguntarme si somos más hombres que otros al ser blancos o negros, o chinos o hindúes, o bisexuales, heterosexuales u homosexuales. Si un gato angora y un persa pensaran que son más gatos que uno callejero, y habrá discriminación entre un perro cocker, un pastor alemán y un rotweiler.

Pienso en todo esto y entiendo por qué el mundo está como está, y me pregunto, si realmente algún día podrá ser un lugar mejor estando en manos de seres tan primarios e intolerantes como somos los humanos.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Mi escuelita

Ahora yo también tengo mi escuelita al mejor estilo de Gaby , y a ella voy los lunes y los miércoles de 4.30 a 6.30 PM a aprender la lengua francesa.
El método es diferente al que había conocido en otros cursos de idiomas, ya que tenemos dos profesores distintos, de modo que los lunes aprendemos gramática y escribimos con una Madame cuyo nombre desconozco, y los miércoles nos dedicamos más a la conversación y a ver videos que nos acostumbren el oído al "Bon français de la France" como nos dice Jacques, que es nuestro profesor de conversación y todo un caballero muy trajeado que se combina las medias con el color de su camisa o corbata.
En el Centre Linguistique de Douala, mayormente hay estudiantes locales que al ser francofonos acuden allí a aprender inglés. Así que nuestra clase "Debutante B", está constítuida por siete extranjeros. Cuatro hispanoparlantes, Paola de Colombia, Gaby y esta servidora de Venezuela y Pánfilo, si han leído bien, Pánfilo de Guinea Ecuatorial. Jossy de Nigeria, Vanna de Camboya y una chica de la India, que debería estar en la primera clase porque no sabe nada de nada y se encarga de retrasar a los demás, pero que por alguna extraña razón está en el segundo nivel.
Yo disfruto mucho ir a mis clases, y aunque debería saber mucho más francés del que sé, pues ya he vivido más de un año en un país de habla francesa, al menos me empapé en la calle de ciertos conocimientos básicos del idioma, que me han permitido estar al mismo nivel que mis compañeros de clase, aún cuando me incorporé más tarde que el resto dado mi viaje a Venezuela.
Me gusta sobretodo conversar con Vanna, quien ha aprendido bastante y en su caso debemos considerar que los camboyanos ni siquiera utilizan nuestro alfabeto. Y me gusta en general que todos seamos de partes distintas del mundo y podamos aprender el uno del otro, ya sea de lo que vamos a estudiar en nuestra escuelita o de cualquier otro tema.
Aunque debo confesar que nunca me gustó el francés, y que sentí una felicidad enorme cuando de pequeña mi papá me llevó a inscribirme en un curso de verano en la Alianza Francesa y ésta estaba cerrada, ahora lo estoy disfrutando, y aunque está muy lejos de ser mi lengua preferida, y tiene una cantidad de reglas sin sentido, estoy feliz de tener la oportunidad de estudiarlo y haber dado el paso de inscribirme en el curso... que por cierto comienza en 22 minutos, asçi que debo irme a vestir corriendo...
Au revoir mes amis!!!!

viernes, 16 de noviembre de 2007

Danza Africana

Hoy fui a una clase de danza africana y he decidido que, dado a que ahora soy una mujer con cierta independencia económica, ya que me estoy ganando un dinerillo dando clases de español, voy a inscribirme en este curso que cuesta 40 US$ por mes, dos veces a la semana. Igual estoy segura que mi escocés me lo pagaría, pero es satisfactorio saber que los fondos provienen de mi trabajo.

La clase es muy movida y se suda como si se estuviera haciendo cualquier otro ejercicio. Para mi, fue una nueva oportunidad para demostrar, una vez más, que si existen venezolanas tiesas como un palo, y que sangre alemana corre por mis venas.

En la clase hay una persona que toca el tambor en vivo para marcar los pasos y un profesor que indica la coreografía. Como fue mi primera clase y soy dura para bailar, no exagero, nunca en mi vida pude aprender a bailar salsa, estuve un poco perdida, pero de igual modo me divertí e hice algunos pasos.

Creo que también fue más difícil porque el profesor no fue, y nos guió una chica de Camerún que hace la clase. Ella muy gentilmente se tomó el tiempo para indicarme cada uno de los pasos de la coreografía, pero cuando había que hacerlos todos seguidos uno tras otro, por supuesto que me perdía y me quedaba paralizada o iba para el otro lado.

Hay algunos movimientos que me recuerdan al baile de nuestros tambores, pero es en conjunto algo totalmente distinto. Me pareció también que habían algunos movimientos parecidos a los de la capoeira de Brasil, que tampoco he hecho nunca, pero que he visto. Aunque aquí se trata de bailar y no de luchar.

En fin, creo que será una buena experiencia, así como una nueva oportunidad para conocer gente y aprender un poco más de este lado del mundo. Obtuve de Wikipedia, para variar, un pequeño texto sobre la danza africana, que he traducido y les copio a continuación para que tengan una idea mayor sobre el baile.

El término danza africana se refiere principalmente a las danzas del África subsahariana y del oeste. La música y las danzas de África del Norte y del Sáhara, están generalmente más vinculadas con las del Cercano Oriente. Un rasgo central de la danza africana es que es policéntrica. Lo cual significa que - a diferencia de muchas otras regiones del mundo - el cuerpo no es tratado como una unidad “tiesa”, sino que se divide en segmentos, o en varios centros de movimiento (hombros, pecho, pelvis, brazos, piernas etc.), que pueden ser movidos según diversos componentes rítmicos de la música. Lo que resulta en movimientos muy complejos desde el “interior” del cuerpo, comparado con los movimientos que realiza el cuerpo a través del espacio en la mayoría de las coreografías europeas.

Los africanos bailan en todo tipo de ocasiones para expresar sus sensaciones internas, bien sea de alegría o de dolor. Mientras que el bailar es espontáneo y voluntario, el golpe del tambor proporciona el ritmo que sostiene juntos a los bailarines.

Aunque recientemente los tambores tienen ornamentos realizados con intención de adornar el hogar, o para convertirse en recuerdos populares para los turistas, en Zimbabwe y en otros países africanos, su función primaria sigue siendo su papel en actividades y rituales culturales.

En aldeas a través del continente, el sonido y el ritmo del tambor expresan el humor de la gente. El tambor es la muestra de la vida; su golpe es el latido del corazón de la comunidad. Tal es la energía del tambor, que es capaz de evocar emociones para tocar las almas de los que oigan sus ritmos.

En una comunidad africana, bailar junto al golpe del tambor es una oportunidad de demostrar un sentido de pertenencia. Es un momento para conectar con uno, y ser parte de ese ritmo colectivo de la vida, en el cual el joven y el viejo, el rico y el pobre, hombres y mujeres todos se reunen para manifestar que son parte de la sociedad. (1)

Las clases son los miércoles y los viernes durante una hora, vamos a ver cómo me va y si logro independizar cada una de estas partes de mi cuerpo para que se muevan por separado y desde su interior. La verdad es que lo veo difícil....... pero nunca está de más intentarlo!!!!

1. SEBASTIAN BAKARE, THE DRUMBEAT OF LIFE, WCC Publications, Geneva, Switzerland. 1997.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Ismaël Lô


El pasado lunes, tuve la oportunidad de asistir a un concierto del músico senegalés Ismaël quien es conocido comúnmente como el Bob Dylan africano, debido al virtuosismo con que toca la guitarra y la harmónica.

Su música la conocí a través de una buena amiga que vivió en Senegal y me había pasado un CD, de modo que cuando llegué a Douala y vi una pancarta que anunciaba el concierto pensé en ella y nos fuimos a comprar las entradas.

La verdad que asistir al concierto fue una muy buena experiencia, pues a pesar de la característica impuntualidad africana, estuvo muy bien organizado. Al ser mi primer concierto en Camerún, me llamaba la atención cómo sería el comportamiento del público comparado con el público latino americano. Al principio me sorprendió que la gente permanecía tranquila en sus asientos, muy al estilo europeo, mientras yo pensaba que en Venezuela esto nunca sería así, ya que todo el mundo estaría embochinchado bailando. Lo que sucedió al cabo de unas canciones, cuando el público africano me demostró una vez más que tenemos mucho en común y que la rochela es uno de esos aspectos que compartimos.

También me sorprendió el lugar donde se realizó el concierto, el Cinema Wouri en Akwa. De él había escuchado los típicos rumores provenientes de expatriados como que el lugar "es horroroso"y alberga "ratas y cucarachas"... de los cuales uno se crea los típicos prejuicios sin fundamento. Al contrario de lo que imaginaba, el lugar es hermoso, obviamente no se conserva como debió haber sido en sus inicios, pero no me pareció en lo absoluto mugriento ni desagradable. Más bien me pareció glamouroso, inmenso con una capacidad para 700 personas y con butacas de madera y cojines grandes y confortables. Al frente de estas, una gran tarima y en las paredes un papel tapiz y unas lámparas redondas a los lados que deben de ser de finales de los años 50 ó comienzos de los 60.

Además había aire acondicionado y las luces y el sonido del espectáculo estuvieron muy bien logrados.

Me hubiese gustado ponerles aquí una canción que fue mi favorita en el concierto. Pero por razones técnicas y dado lo triste de mi conexión a Internet, no ha sido posible, así que si les interesa les recomiendo que escuchen la canción Jammu Africa.