Douala no es Tokio, pero es una ciudad que vive en mi corazón, con su caos, con su gente que me mira como si se tratase de un ser extraterrestre, con sus puestos de frutas y verduras, con su makossa a todo volumen, que confieso disfruto mas que el reggaeton, con sus huecos en las calles, con sus muros enmohecidos, con sus personajes que se pasean envueltos en las mas coloridas telas, con sus olores y sabores.
Sin embargo, de pronto un día me sentí perdida entre sus calles y sonidos, aunque alguna vez la llegué a sentir como mía; y fue así como abrí una incógnita, y me detuve a reflexionar sobre ella, descubriendo, que en realidad estaba mal planteada, porque no se trataba de lo que inspiraba mi presencia en los otros, sino lo que inspiraba todo lo demás en mi.
Y llegué entonces a la conclusión de que mi misión aquí había terminado, y que debía salir a otras fronteras. Es por ello, que he venido a anunciarles, en estas lineas, que La Corotera cierra sus puertas, pues su autora se despide de este magico país.
Sin duda alguna, mi estadía aquí ha sido una experiencia extraordinaria, cada día agradezco porque de una u otra forma llegué hasta aquí, y por ello, a Douala la llevaré conmigo por siempre, y en ella, me llevo también un pedacito de cada uno de ustedes, mis complices durante mi "aventura" africana.
Douala no es Tokio, pero en sus limites se pueden encontrar experiencias inolvidables, conocer gentes de tantos lados del mundo, algunos con quienes tuve la oportunidad de compartir personalmente, pero están también esos otros, quienes me recibían desde atrás de la pantalla, y es a estos, a ustedes, a quienes he venido hoy a despedir.
Gracias a todos por intervenir, compartir, dialogar, criticar, completar, extender... gracias por simplemente venir a visitarme en este espacio.
Seguramente en el futuro, aún tendré muchas experiencias e ideas que compartir, y muy probablemente, desde otro espacio y otro tiempo, seguiré escribiendo sobre esos corotos que pasan por mi mente.
Ahora debo caminar, pero tengo la suerte de que alguien muy querido me regaló una vez unos zapatos dorados... me los llevo puestos, y estoy segura que a partir de ahora cada nuevo paso será brillante!!!
Pueden contactarme a través del email de La Corotera.
Au revoir mes amies... Cambio y fuera!!!
lunes, 1 de septiembre de 2008
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