DOUALA, UNA INTRODUCCIÓN A LA CIUDAD AFRICANA
Al no existir una embajada de Camerún en Venezuela, nos vimos obligados a llegar a nuestro destino sin ningún tipo de visado. Lo que si traíamos con nosotros, era un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla, indispensable para ingresar al país, el cual puede ser adquirido en Caracas de manera oficial, siempre y cuando se demuestre, con boleto en mano, que se va a viajar a un destino que así lo requiera. Aunque todavía mantengo la impresión, luego de mostrar mis recaudos, de que quienes allí me atendieron, no tienen la mas mínima idea de cuáles son en realidad estos países, pues me preguntaron: “Camerún mami, ¿Adónde queda eso? eso es por allá por Asia ¿no?”.
Venía yo entonces, a un sitio que para muchos no representaba nada, para otros un lugar en el que se juega buen fútbol, pues alguna vez Camerún participó en una copa del mundo; pero mis conocimientos no eran tampoco extensos, así que, previo a mi viaje, dediqué muchas horas a Internet con la intención de recopilar información, y la verdad, que aunque algo encontré, los datos eran por lo general escasos, en gran parte supongo, debido a que las tecnologías de la información y la comunicación no son aún muy comúnes por estas latitudes, y quizás también porque mi búsqueda se limitaba a páginas con información en inglés o en español, y aunque Camerún es oficialmente bilingüe, la lengua de esta zona del país es el francés.
También estuve haciendo varias diligencias: vacúnas, médicos, dentista, algunas compras, la mudanza, etc., a la vez que le explicaba, a cuanto fisgón me preguntaba, qué venia a hacer yo para este lado del mundo.
Las impresiones con respecto a ésto eran muy variadas, para muchos, se trataba de una enorme experiencia, un traslado realmente exótico y no muy asequible para la mayoría; para otros, un destino que invitaba a poner la mayor expresión de asco posible en el rostro, o a clamar frases como la siguiente: “Ahh Camerún, mudarse de aquí para allá debe ser como estudiar medicina y cambiarse a veterinaria”.
Así fue que finalmente el cambio de carrera ocurrió, y me hallo ahora en una ciudad que parece un gran pueblo rural y caotico, sin las caracerísticas típicas que hacen de una ciudad una gran ciudad. Estoy viviendo en el distrito de Bonapriso – uno de los más elegante de esta metrópoli - que cuenta con algunas calles asfaltadas y otras de tierra, con algunos edificios recubiertos en cerámica - por lo húmedo del clima -, algunas casas con piscina, vigilancia privada y televisión satelital, y otras totalmente construídas con laminas de zinc sobre piso de tierra; y además, en plena temporada de lluvia, lo que realmente significa un período de agua, puesto que no ha parado de llover desde mi llegada y el cielo está completamente gris, colmado de nubes, sin nada que envidiar a su ecuánime londinense.
... continuará...
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Público en dos partes este texto que escribí durante mis pimeros días en Camerún. No había hecho nada con él, más que tenerlo ocupando espacio en la memoria del computador. Ahora que me animé a abrir el blog, lo posteo para que al menos sea leído, ya que el espacio sigue ocupado! :-)
Las crónicas que ahora comienzo a escribir, no son precisamente marcianas - como aquellas que relataba Boris Izaguirre en un programa nocturno de la televisión española - son cameruneses; pero bien pudiesen ser vistas como de otro planeta, al ser concebidas desde la óptica de una mujer, proveniente de aquello que nuestro presidente calificó como la oligarquía caraqueña: alguien con la oportunidad de asistir a un colegio privado en Caracas, realizar una carrera en la Universidad Central de Venezuela, en la misma ciudad, y cursar una maestría en los predios de la madre patria; cuya vida entera en la capital, transcurrió entre dos hermosas urbanizaciones habitadas por la clase media: La Florida - ahora no tan agraciada como en los tiempos de mi niñez - y Los Palos Grandes, enmarcada en aquel municipio que festeja ser un territorio seguro.
Sentada frente a mi portátil, me encuentro en los confines del África Central, específicamente en Douala, Camerún; una ciudad mejor conocida como el sobaco de África, supuestamente por su ubicación geográfica dentro del continente. La ciudad cuenta con una población de alrededor dos millones de habitantes y colinda con el océano atlántico, ubicada justamente frente a Brasil si saltamos el charco.
Sentada frente a mi portátil, me encuentro en los confines del África Central, específicamente en Douala, Camerún; una ciudad mejor conocida como el sobaco de África, supuestamente por su ubicación geográfica dentro del continente. La ciudad cuenta con una población de alrededor dos millones de habitantes y colinda con el océano atlántico, ubicada justamente frente a Brasil si saltamos el charco.
Previo a mi llegada, entre las pocas expectativas que me hice del lugar, estaba el hecho de escribir sobre mi experiencia en este trozo del mundo; y es por ello, que he decidido escribir y narrar mis impresiones desde el principio de mi aventura africana, con tan sólo unas pocas noches en el lugar, y tras un larguísimo viaje que comenzó con la ida al aeropuerto de Maiquetía hacia el sublime aeropuerto Charles de Gaulle en Paris; y de allí al Aeropuerto Internacional de Douala, que describiré más adelante.
En total, con colas, retrasos y esperas, podría decirse que fueron alrededor de veinticuatro largas horas de viaje para llegar de la capital venezolana, a la ciudad comercial más importante de Camerún.
Venir al África, significaba para mí un gran acontecimiento, la verdad no tenía grandes perspectivas, ya que al igual que para la mayoría de los venezolanos, este lado del planeta era totalmente desconocido para mí; y África no representaba más que una gran masa homogénea preparada con la misma harina y carente de matices; tal como imagino, nos ven la mayoría de los europeos a nosotros los latinos: Colombia, Ecuador, Costa Rica, México, que más da, son todos países “suramericanos”, pues generalmente etiquetan al país Azteca como uno del sur y ni siquiera se detienen a pensar, que éste, aunque latinoamericano, pertenece a Norteamérica.
Para nosotros, habitualmente es igual: Nigeria, el Congo, Chat, Mozambique, y todo lo que esté por aquí cerca, es simplemente África - un continente más pobre y más subdesarrollado que el nuestro - que vemos con ojos repletos de prejuicios y preconceptos: un sitio peor que nuestros propios países, repleto de hambrunas y enfermedades.
Esa era, y es todavía, mi imagen de estas latitudes, que espero cambie con el transcurrir del tiempo y tras mi estadía de dos años en este país.
Seguramente, a estas alturas, se preguntaran como viné yo a parar aquí. Pues la respuesta es sencilla, como la mayoría de las mujeres blancas que aquí habitan, vine siguiendo al amor: un hombre escoses que trabaja para una organización británica, que estuvo en Caracas por cuatro años y fue transferido a Camerún. De modo que, básicamente, he venido a ser lo que aquí se entiende como la esposa de un “expat” o expatriado.
En total, con colas, retrasos y esperas, podría decirse que fueron alrededor de veinticuatro largas horas de viaje para llegar de la capital venezolana, a la ciudad comercial más importante de Camerún.
Venir al África, significaba para mí un gran acontecimiento, la verdad no tenía grandes perspectivas, ya que al igual que para la mayoría de los venezolanos, este lado del planeta era totalmente desconocido para mí; y África no representaba más que una gran masa homogénea preparada con la misma harina y carente de matices; tal como imagino, nos ven la mayoría de los europeos a nosotros los latinos: Colombia, Ecuador, Costa Rica, México, que más da, son todos países “suramericanos”, pues generalmente etiquetan al país Azteca como uno del sur y ni siquiera se detienen a pensar, que éste, aunque latinoamericano, pertenece a Norteamérica.
Para nosotros, habitualmente es igual: Nigeria, el Congo, Chat, Mozambique, y todo lo que esté por aquí cerca, es simplemente África - un continente más pobre y más subdesarrollado que el nuestro - que vemos con ojos repletos de prejuicios y preconceptos: un sitio peor que nuestros propios países, repleto de hambrunas y enfermedades.
Esa era, y es todavía, mi imagen de estas latitudes, que espero cambie con el transcurrir del tiempo y tras mi estadía de dos años en este país.
Seguramente, a estas alturas, se preguntaran como viné yo a parar aquí. Pues la respuesta es sencilla, como la mayoría de las mujeres blancas que aquí habitan, vine siguiendo al amor: un hombre escoses que trabaja para una organización británica, que estuvo en Caracas por cuatro años y fue transferido a Camerún. De modo que, básicamente, he venido a ser lo que aquí se entiende como la esposa de un “expat” o expatriado.
Al no existir una embajada de Camerún en Venezuela, nos vimos obligados a llegar a nuestro destino sin ningún tipo de visado. Lo que si traíamos con nosotros, era un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla, indispensable para ingresar al país, el cual puede ser adquirido en Caracas de manera oficial, siempre y cuando se demuestre, con boleto en mano, que se va a viajar a un destino que así lo requiera. Aunque todavía mantengo la impresión, luego de mostrar mis recaudos, de que quienes allí me atendieron, no tienen la mas mínima idea de cuáles son en realidad estos países, pues me preguntaron: “Camerún mami, ¿Adónde queda eso? eso es por allá por Asia ¿no?”.
Venía yo entonces, a un sitio que para muchos no representaba nada, para otros un lugar en el que se juega buen fútbol, pues alguna vez Camerún participó en una copa del mundo; pero mis conocimientos no eran tampoco extensos, así que, previo a mi viaje, dediqué muchas horas a Internet con la intención de recopilar información, y la verdad, que aunque algo encontré, los datos eran por lo general escasos, en gran parte supongo, debido a que las tecnologías de la información y la comunicación no son aún muy comúnes por estas latitudes, y quizás también porque mi búsqueda se limitaba a páginas con información en inglés o en español, y aunque Camerún es oficialmente bilingüe, la lengua de esta zona del país es el francés.
También estuve haciendo varias diligencias: vacúnas, médicos, dentista, algunas compras, la mudanza, etc., a la vez que le explicaba, a cuanto fisgón me preguntaba, qué venia a hacer yo para este lado del mundo.
Las impresiones con respecto a ésto eran muy variadas, para muchos, se trataba de una enorme experiencia, un traslado realmente exótico y no muy asequible para la mayoría; para otros, un destino que invitaba a poner la mayor expresión de asco posible en el rostro, o a clamar frases como la siguiente: “Ahh Camerún, mudarse de aquí para allá debe ser como estudiar medicina y cambiarse a veterinaria”.
Así fue que finalmente el cambio de carrera ocurrió, y me hallo ahora en una ciudad que parece un gran pueblo rural y caotico, sin las caracerísticas típicas que hacen de una ciudad una gran ciudad. Estoy viviendo en el distrito de Bonapriso – uno de los más elegante de esta metrópoli - que cuenta con algunas calles asfaltadas y otras de tierra, con algunos edificios recubiertos en cerámica - por lo húmedo del clima -, algunas casas con piscina, vigilancia privada y televisión satelital, y otras totalmente construídas con laminas de zinc sobre piso de tierra; y además, en plena temporada de lluvia, lo que realmente significa un período de agua, puesto que no ha parado de llover desde mi llegada y el cielo está completamente gris, colmado de nubes, sin nada que envidiar a su ecuánime londinense.
... continuará...
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Público en dos partes este texto que escribí durante mis pimeros días en Camerún. No había hecho nada con él, más que tenerlo ocupando espacio en la memoria del computador. Ahora que me animé a abrir el blog, lo posteo para que al menos sea leído, ya que el espacio sigue ocupado! :-)
8 comentarios:
Uff!
Debe ser una experiencia dura para tí, a pesar de que los expatriados van en muy buenas condiciones obviamente, por el duro precio que tienen que pagar a veces.
Recuerdo que a mi esposo una compañía, también inglesa, le ofreció una vez la gerencia general de Indochina (Vietnam, Laos y Camboya). En ese entonces NO era mi esposo. Yo lo adoraba pero no me sentía muy dispuesta a acompañarlo en su aventura. Menos mal que rechazó la oferta (el tiene dos hijos de un primer matrimonio a los que no quiso dejar aquí) porque no me imaginaba viviendo en Vietnam, por mucho que nos ofreciesen colegio inglés, club de primera y todas esas cosas.
Tengo muchas amigas que han vivido experiencias similares a la tuya y se han adaptado muy bien. Algunas incluso han llegado a sentirse como en casa en lugares extrañísimos.
En todo caso, te deseo mucha suerte.
Un gran abrazo,
jejeje muy bueno! muy comico eso del "sobaco de africa".... y lo de "camerun mami? y donde queda eso? por alla por asia?" jajaja hasta con el acentico tipico medio malandreao de los caraqueños!.... muy bueno....
Pues si me hubieras preguntado a mi la impresion de irte a africa yo hubiera puesto una cara de ponchao... es decir, una mezcla entre ese que considera un traslado exotico y el del asco.... no se..., yo creo que Africa seria bonita para visitar..., pero no para vivir... claro, eso lo digo yo, en mi ignorancia, que nunca he ido y vengo a saber detalles de camerun es leyendo tu blog...
Yo conoci a unos señores pensionados alemanes que se fueron de alemania hasta namibia, con toda su corotera.... ellos estaban felices... y yo por dentro pensaba: debe ser depinga si uno no tiene que trabajar mas! ya que te encierras en tu casa a descansar y punto.... e imagino que por eso ellos estaban tan contentos! jejeje
besos corotera!
Imagina: Es dificil vivir aqui, pero despues de diez meses me siento mas comoda, yo como expat vivo bien, si lo comparamos con el nivel de vida del camerunes, yo obviamente tengo muchas comodidades y lujos, como internet en casa por ejemplo, la cosa es que mi media naranja se dedica a la educacion, y trabaja para una organizacion britanica que desarrolla proyectos culturales que promuevan la cultura britanica en el mundo a la vez que establece relaciones de mutuo beneficio entre el Reino Unido y los paises donde operan, eso incluye la ensenanza del ingles, y por eso estamos aqui, dirigiendo un centro de ensenanza... Por otro lado tengo muchos amigos que se dedican al sector petrolero, ellos viven en casas inmensas con piscina, les pagan todo, tienen choferes,etc. Yo tengo que malandrear un poco mas! Pues lamentablemente la cultura y la educacion no pagan mucho en ninguna parte! De cualquier modo la pasamos bien! Los dos somos viajeros por naturaleza, y disfrutamos de las piscinas de los amigos del petroleo!!! ;-)
Dabart: Por aqui hay mucho enamorado de africa, mucha gente mayor, y tambien he conocido jovenes, que se enamoran y se quedan... se vienen a retirar aqui y por alguna u otra razon les encanta... yo cuando me topo con ellos, muchos me dicen "ahh a mi me encanta Africa" y yo les digo: "eso es porque no conoces Latinoamerica"... yo creo que al final se liberan y disfrutan del caos que no tienen en su pais, tambi'en he escuchado cosas como "prefiero ser rico en un pais pobre, que pobre en un pais rico". Eso me parecio horrible, pero es una realidad, yo prefiero vivir comoda en un pais del primer o del tercer mundo!
Que bueno que te animaste a publicar estas impresiones que estaban ocupando espacio.
Creo que las personas que te miraron con cara de asco por decir te ibas a vivir en Africa deberian abrir un poco sus horizontes(pero bueno cada cabeza es un mundo), la riqueza y aprendizaje que te da vivir en un pais tan lejano y distante (culturalmente hablando) no se compara con las comodidades que te puede brindar otro pais, con todas las comodidades y culturalmente "parecido" al nuestro.
Al igual que tu, veia a Africa como una masa compacta, aqui conoci una muchacha del Senegal, y a traves de ella me he enterado un poco de su cultura.
Soy pata caliente y abierta a conocer el mundo, desde el lugar mas pobre del africa, hasta lo mas "in" del mundo civilizado, por eso me anotaria a viajar con mi media naranja hasta a la luna! jejejejeje
Un abrazo!
Aja...
No revise tu blog el dia que enviaste el mail anunciandolo y luego, como suele pasar cuando no le doy atencion inmediata a un email, olvide el asunto.
Sin embargo hoy me acorde y le eche un vistazo a "la corotera". Como ya has escrito bastante, solo lei la entrada mas reciente y aunque ya estaba familiarizado con su contenido me resulto interesante y agradable.
Estare entonces revisando con mas frequencia para poder leer lo que vayas publicando. :)
Saludos,
Julio Q.
Que bueno q no soy la unica q se animo a crear un blog en estos dias...muchos saludos, me encanta leerte por q las dos estamos lejos de nuestra Venezuela...pero debo reconocer q tus experiencias en un pais africano deben ser muy diferentes a las mias...pero aqui estamos amiga...echandole un camion y aprendiendo muuuucho...te he puesto en mi blog...muchos saludos y SUERTE
será interesante leer tus experiencias, Moni!
como dicen por ahí, una termina adaptándose....ya verás que en menos de lo que te des cuenta te sentirás como en casa :)
besos y éxitos por Africa ♥
Wow! que Blog tan Bueno el de Vos! ;) creo que como todos por aca en Latinoamerica tenemos un concepto de Africa como el pais del Hambruna y Enfermadades! Malos Servicios publicos en Fin! Pero Conoci una Mujer Camerunes por internet de padres Britanico/Camerunes y llevamos una bonita amistad y me ha comentado que tambien tiene su lado positivo! Creo que Africa y Latinoamerica venimos de grandes problemas! Al punto que me ha picado la pata por montarme en un avion para ir a Camerun, Yaunde-Bamenda! conocer personalmente no solo a la Chica sino la cultura y vida de ese pais! Tambien le comente sobre Venezuela! y se animo , quiere Venir! pero en virtud de que no hay representacion diplomatica(embajada/consulado) nos baja un poco el animo para agilizar la documentacion porque el boleto de Avion no es problema sino el visado :( pero te felicito! :)
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